Al final de mi vida estarás tú, señora mía,
como el principio fuisteis al conocerte,
en el trascurso nos hicimos felices,
nos tuvimos juntos el uno al otro.
Cada vez que miro al cielo, veo una estrella,
ella se que eres tú, mirando mis pasos,
viéndome vivir apesadumbrado si ti aquí,
esperando volar para llegar hasta a ti.
En campo feliz te tuve en mis brazos,
en mar amable te pude acompañar,
volcanes siniestros turbaron nuestro amar,
riome yo de amores escritos anteriores.
Cielo azul al encontrarte se me torno,
paz y tranquilidad eras de un guerrero,
pero siempre detenías una espada feroz,
solo con tu expresión de amor.
Llanto desperté en ti mas de una vez,
solo por querer luchar, un guerrero sin paz,
fuerza descomunal en al alma por ti,
sin daño a esperar y sin temor por nada.
Pero tu mano cogí en tu cama postrada,
frió negro sentí, al ver que tu alma marchaba,
trozos de mi vida salían contigo en lágrimas,
nunca un guerrero lloró, tanto a una dama.
Ahora esperando el final de mi vida sin ti,
río yo si la muerte a por mi ha de venir,
se que al final del camino te encontrare,
seremos felices al fin, ahora no lo soy sin ti.
Sabré que ese momento acercándose esta,
cuando las rosas del campo vea temblar,
las olas del mar estarán furiosas,
y el cielo azul no estará.
Andrés Ts.
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